En el año 2000 la Sra. Fábregas me pide que vaya a verla, para que le ayude con un proyecto de su hija Mónica Sánchez Navarro….
Quería llegar mega arreglado, así que antes de ir a la cita, decidí cortarme el cabello. Para lo que utilizo una máquina eléctrica. NO me di cuenta cuando se me cayó la medida de corte y me rapé un pedazo de la cabeza…
¿Por qué siempre me ha de suceder algo? Me presenté a la junta rapado con una gorra, hecho que bastó para que yo fuera el tema de conversación. ¡Qué Pena!
Así conocí Mónica Sánchez Navarro, ella me esperaba en la oficina del Sr. Fábregas del Teatro San Rafael, acompañada de su esposo. Una pareja como pocas he visto. Rápidamente rompimos el hielo, y empezamos me comenzaron a platicar del proyecto.
Un musical infantil educativo, el proyecto estaba planeado para el Verano.
La Alegría de Aprender tenía 10 números, uno correspondiente a cada tabla de mutiplicar, cada uno con ritmo y concepto diferente.
Diez elementos conformarían el elenco: 2 adultos y 8 niños entre los cuales estarían Mónica, Benito y Cassandra, sus hijos.
Mónica me solicitó poner especial atención en el trato con los niños, y eliminar la comida chatarra de nuestro lunch para no antojarles. Esto último fue lo peor para mí, yo que soy fan del los Twinky Wonder de Vainilla.
Me entregó el libreto y música para que yo comenzara a preparar las audiciones y montaje.
Te imaginas montar un espectáculo con 8 niños que tenían a su alcance
TODOS LOS JUGUETES QUE PUEDAS IMAGINAR
Bicicletas, Patinetas, Resortes, Yo-Yos, Bastones Saltarines, Cuerdas y muchos más
Los juguetes volaban por todos lados durante los ensayos y no podía regañar a los niños, no podía llamarles la atención de forma ruda.
Tenía como poder salirme con la mía es decir terminar los números sin salir con un Yo-yo de anteojo.
Así que decidí jugar con ellos, eran niños, me imaginé de pequeño con tanto juguete, yo hubiera sido feliz.
Tuve todo un ejercito de asistentes de coreografía: Mariana Cabalceta y Manuel Jiménez entre todos logramos controlarlos, intercalamos momentos de juego y otros de trabajo.
El reto verdadero fue en que tabla de multiplicar y cómo usar todos los juguetes que había ahí.
En esta aventura, tenía mucha reserva de trabajar con los hijos de la productora y estrella del show, que eran nietos de la dueña de los teatros.
Hoy lo veo y fue una gran experiencia, puede manejarla y ellos fueron talentosos, encantadores y disciplinados cuando lo tenían que ser y juguetones cuando había oportunidad.
Todos los niños fueron muy talentosos, había una pequeñita con una luz muy especial, a la que volteabas a ver por que su energía te jalaba el ojo: Cassandra Sánchez Navarro y otra pequeña muy talentosa que poco tiempo después estaría en La Academia de TV Azteca, Dulce López.
Como todo ensayo general, hubo mil cosas que resolver y a veces la situaciones se salen de control. <br><br>En las butacas estaba el área de coreografía esperando a que terminaran algo de iluminación, cuando de repente a lo lejos se oye un grito controlando a los niños….
Los tres nos quedamos petrificados… ¿
Que Quién gritó? MMMM, eso no lo voy a contar, pero como nos reímos de eso.
Estrenamos y todo fluyó como estaba planeado, la temporada terminó después del verano.
La Alegría de Aprender fue reconocida por la crítica especializada como mejor espectáculo infantil.
Mi trabajo en teatro me ha dejado muchos buenos amigos entre ellos Mónica Sánchez Navarro, quién ha sido testigo presencial de mi historia como coreógrafo y docente, de mis triunfos y derrotas.
En el año 2001 y 2002. Fui invitado por el Maestro Willy Gutiérrez a participar el montaje de dos espectáculos de Silvia García Granados en Guatemala: Una Noche en Broadway y la Academia en Broadway.
Guatemala es un lugar maravilloso con muchos contrates de pobreza y riqueza. Me sorprendí al ver que tecnológicamente estaba más adelantado que México.
Yo llegué a Guatemala con mi super archi recontra nueva laptop, la sorpresa es que en el hotel existía wifi. En México no estábamos preparados para tanto avance tecnológico, fue todo un problema conseguir el cable de Ethernet para lograr conectarme, pero era vital ya que estaría dos meses allá, además parte de mi material de montaje estaba en mi correo, el cual no había descargado.
Guatemala es un país con una impresionante influencia Americana, podías ver militares americanos, y mucha gente que viajaba para adoptar niños. Un país con un gran contraste entre la pobreza y riqueza y todas franquicias americanas que mucho tiempo después llegarían a México.
Lo mas triste fue ver los teatros convertidos en tiendas Electra o en iglesias, poco apoyo a la cultura. Los espectáculos se presentaron en el IGA que es un auditorio maneado por la embajada Americana.
¿Quién imaginaría que el Teatro Silvia Pinal, que fue el Cine Estadio acabaría en iglesia? Era el único teatro preparado para los grandes musicales , salón de ensayos, un escenario enorme y unos desembarques gigantes.
Mi mamá había muerto en un accidente esa mañana, afortunadamente tuve todo el apoyo de Willy Gutiérrez, Silvia García Granados y Héctor Arroyo quienes me apoyaron en todo momento
¿Has sentido cómo los segundos pueden parecer horas? Esa fue la mejor descripción de mi viaje de regreso a la Ciudad de México. Afortunadamente Héctor Arroyo me acompañó.
Siempre agradeceré el apoyo, el cariño que me brindaron,
La vida me daba una gran lección: En Vida Hermano en Vida:
Mi madre me lo decía constantemente pero lo entendí demasiado tarde y por más que quisiera regresar el tiempo para expresarle cuanto la amaba, eso no es posible.
Cuando aterrizamos en la Ciudad de México, la primer llamada que recibo fue de la Sra. Fábregas, quien me da su pésame y termina su llamada con: «Pepe, yo sé que jamás nadie podrá suplir a su madre, pero si necesita algo, aquí estaré » Siempre me habló de usted.
Ya sé, estas pensando que lo hizo por ser muy política y educada, pero si algo tenía Fela Fabregas, era palabra. Cuando le fui a pedirle ayuda o consejos o simplemente platicar, siempre tuvo tiempo para mi y tambiéncorrespondí cuando ella lo necesitó.
Durante mucho tiempo me me preguntaron, el por qué seguía trabajando con ella. No se explicaban como le había aguantado tanto.
Saben una cosa, a veces los buenos momentos hacen que todo lo demás no tenga importancia.
Ese mismo año la Sra. Fábregas nos convocó a Fabiola la Rue y a mi para que le ayudáramos a revivir el turno vespertino del Centro Cultural Virginia Fábregas. A partir de entonces trabajé como su mano derecha creando dos proyectos para lograr el cometido.
Primero reanudamos las clases vespertinas Fabiola daba Jazz y yo Tap. A lo que siguió el Curso de Verano de Teatro Musical fundado en 2003, que dirigí y produje hasta el 2019, ya que se canceló por la pandemia del 2020.
En el 2010 logré convencerla de crear un programa de capacitación integral. Para ello Rafa Maza y un servidor nos dimos a la tarea de estructurar el Plan de Estudios para la Carrera de Teatro Musical y de conseguir a los maestros adecuados. desde el 2010 hasta el 2018 la coordiné y dirigí.
2008 la Sra. Fábregas me invita a ser parte del equipo de creativos de El Diluvio Que Viene